Artrosis: Hay una frase que dice que la población mundial se divide en dos: los que tienen artrosis y los que la van a tener. Con esto se quiere hacer énfasis en la alta incidencia que tiene esta enfermedad y lo preocupante que puede llegar a ser para el bienestar de la población en general, por ser una enfermedad dolorosa y muy incapacitante. Dicho lo anterior, explicaremos breve y conciso los detalles más importantes de esta enfermedad.

Las articulaciones están formadas por la unión de dos huesos a través de una cápsula articular en cuyo interior hay un fluido llamado líquido sinovial y un cartílago que recubre el extremo de dichos huesos. Conservar la integridad de estos componentes es muy importante ya que sirven para amortiguar y suavizar las fuerzas que las articulaciones reciben. En ese orden de ideas, un daño en el cartílago articular terminará produciendo lo que se conoce como artrosis. Entonces la artrosis, concretamente, es una enfermedad donde se compromete la integridad del cartílago articular. Ese daño en el cartílago articular es lo que produce el dolor, la rigidez e incapacidad funcional de la articulación y el miembro afectado.

Comúnmente la artrosis se localiza en la articulación de la rodilla, pero también puede presentarse en la cadera, hombro, codo, columna vertebral y dedos de las manos o pies.

La artrosis es una enfermedad dolorosa e incapacitante de alta prevalencia en la población adulta mayor pero cada vez más se presenta a una edad más temprana.

Esa mayor incidencia y la aparición a más temprana edad está ligada al deterioro cada vez mayor de la vida moderna relacionada con una mala alimentación, un mayor estrés, falta de ejercicio regular y el mal dormir, entre otros. Aparte de eso también está implicado el mal uso que damos a las articulaciones, sometiéndolas a esfuerzos mayores o muy persistentes en el tiempo.

Por eso al tratar la artrosis debemos optar por un enfoque más integral y no solo limitarnos a manejar el síntoma del dolor.